Valerij Sokolov es un antiguo minero de Donetsk. Tras la ocupación rusa de la ciudad, se quedó allí para cuidar de sus padres y suegros, ancianos y enfermos. Como no quería ocultar sus opiniones proucranianas, participó en varias manifestaciones contra el ataque y la ocupación rusos. En noviembre de 2015, fue detenido por los servicios secretos de la autoproclamada República de Donetsk y trasladado al campo de concentración «Izolyazia». Allí fue golpeado con crueldad de forma habitual.
Sokolov fue acusado falsamente de intento de asesinato contra Motorola, uno de los líderes de la autoproclamada República Popular de Donetsk. Durante las torturas, le rompieron la mayoría de los dientes. Fue torturado con descargas eléctricas para obligarle a confesar crímenes que no había cometido.
Valery Sokolov fue liberado a finales de 2019 en el marco de un intercambio de prisioneros. Desde entonces, vive en un centro de acogida humanitaria en las afueras de Kiev y milita activamente por la liberación de otros ucranianos detenidos en Rusia.
Valerij Matjuschenko, músico de la Orquesta Filarmónica de Lugansk, fue secuestrado el 15 de julio de 2017. Tras sufrir todo tipo de torturas y humillaciones, fue condenado a diez años de campo de trabajo por espionaje a favor de Ucrania. Pasó diez meses en el campo de concentración «Izolyazia» en Donetsk, y luego fue trasladado a la colonia penitenciaria de régimen estricto n.º 32 en Minsk, donde permaneció encarcelado hasta el 28 de junio de 2024. Las torturas le causaron graves problemas de salud. Le rompieron los dientes y tres costillas, y tuvo que dormir sentado durante más de un mes. Fue torturado repetidamente con descargas eléctricas. El duro trabajo físico en la prisión le provocó una hernia inguinal que no pudo ser operada hasta su regreso a Ucrania.
Desde septiembre de 2024, Sokolov y Matjuschenko han comenzado un tratamiento dental en una clínica de Irpin, cerca de Kiev, financiado por nuestra asociación Ad Pacem servandam. Se les han extraído varios dientes dañados, que han sido reparados y sustituidos por coronas, puentes y prótesis de nailon. La última fase del tratamiento consiste en la colocación de implantes dentales. Sokolov necesita cinco y Matjuschenko cuatro.
Es importante señalar que no se está realizando ninguna operación estética a estos antiguos prisioneros. Debido a las graves lesiones maxilares causadas por las torturas, los dentistas desaconsejan la colocación de prótesis. Además, ambos padecen problemas cardíacos y circulatorios causados por las torturas con descargas eléctricas. En su situación, los implantes dentales son la solución más segura para evitar complicaciones cardíacas relacionadas con infecciones dentales.
Para estas dos personas, los implantes dentales cuestan 7000 €.